Gélida concentración
Como ayer estuve en la Puerta de Alcalá, en la denominada concentración unitaria contra ETA, puedo dar fe de que, según indica un certero artículo de El Plural, el ambiente era gélido y no sólo por el frío que hacía en Madrid. Mi duda es por qué los madrileños, que no suelen fallar, dieron la espalda a un acto de este tipo.
Algunos, como El País, achacan el fracaso de la cita a la propia población, al hablar de que la división ciudadana empañó la protesta. Enric Sopena, quizás más al tanto de la calle, dice que se percibe que la supuesta unidad entre los partidos es “ficticia, cogida con alfileres, a punto de quebrarse en cualquier momento, si no está rota ya”. También afina Carlos Carnicero, de nuevo en El Plural, al sentenciar: “La mayoría de las personas normales no quieren conflictos sin causa justificada”.
Y el hecho es que la cita de ayer era bastante conflictiva…
Por un lado, porque el PP, con la ayuda de la AVT, se dedica a crispar para mantener en tensión a los suyos; por otro, porque algunos dirigentes del PSOE asumen que el mejor modo de movilizar a su electorado más volátil es azuzar el lógico miedo a esta derecha tan extrema.
En pro de la convivencia, yo les pediría a esos dirigentes de mi Partido (nada se espera de los del PP), quienes en todo caso tienen mi apoyo, que no echen más leña al fuego, porque la gente común no tiene el carácter de nuestros representantes políticos, capaces de pelearse en público y comer después juntos en la cafetería del Congreso, o de tomar una copa a la salida de una tertulia televisiva en la que se han dicho de todo…
Y es que otro que lo clava, Miguel Ángel Aguilar, ya avisó de que “las bases son siempre más duras que las cúpulas”.
2 comentarios
Atento -
Harto de crispación -