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Mi cordón sanitario

SÓLO EL CONSTRUCTIVO DEBATE INTERNO EVITA EL DESTRUCTIVO DEBATE EXTERNO

Cuando alguien se afilia al partido socialista, lo hace por contar con unos valores e ideas que lo distinguen de otros sujetos de izquierdas que no lo hacen (ni mejores ni peores, pero sí distintos): uno de los conceptos fundamentales es el del compromiso (“militante”); otro, el de la libre voluntad de participar en un proyecto colectivo. Es por ello que el afiliado exige opinar y participar en la toma de decisiones. 

A este respecto, el negativo resultado electoral del pasado día 27 en Madrid, tan contundente, requeriría del análisis de cada uno de los integrantes de la organización madrileña, de la asunción de responsabilidades por parte de quienes hayan diseñado y ejecutado la estrategia que condujo a la (enésima) derrota, e incluso del relevo de los protagonistas de la misma si entre todos se llega a la conclusión de que esa decisión beneficia al conjunto. 

El problema surge —ya está surgiendo e irá a más— cuando, por decisiones que toman unos pocos, no se ponen en marcha los mecanismos tendentes a que se lleve a cabo el necesario y constructivo debate interno, de ideas y sobre personas que las defiendan, entre todos los componentes del partido. Y es que hay quien parece sentir rechazo por el debate interno, quizás porque piensa que se trata de “discrepancias”… 

Pero lo cierto es que, a diferencia de lo que sucede entre quienes integran otras colectividades, al militante socialista no se le puede pedir (de hecho, ni se le debería pedir...) que esté callado y acepte sin más las imposiciones de otros; es por ello, por su propia necesidad natural de debatir y querer decidir, que si no se le facilita el debate interno, inmediatamente lleva dicho debate al exterior. 

Así las cosas, los responsables de que se abra un debate en público, tan destructivo, no son quienes hablan en público (ni siquiera quienes lo hacen con una clara falta de responsabilidad), sino las personas que impiden el debate interno; por lo tanto, a ellas será a quienes habrá que pedir responsabilidades si a lo largo del inevitable debate externo al que ya estamos asistiendo se escuchan opiniones que ofrezcan sensación de “discrepancia”. 

¡CONGRESO EXTRAORDINARIO, para debatir sobre ideas y personas que sepan y puedan aplicarlas, YA!

4 comentarios

Bedunia -

Considero un gran error el haber llevado las elecciones locales y autonómicas por el camino nacional; no quiere decir que no tuviera que intervenir Zapatero, sino que tenían que haber llevado más peso en los mítines los proyectos y las ideas municipales y autonómicas.

La Habana -

¿CONGRESO EXTRAORDINARIO?

Los que están, que no quieren dejar de estar, no se moverán por él. A ellos les vale con lo acontecido hasta ahora (una no recogida de acta y la promesa de no volver a ser candidato) y todo lo más ganar tiempo para seguir estando (después de las Generales)…

Los que quieren estar, que ahora están fuera, miran sólo por ellos. Son los que constantemente aparecen el los medios de comunicación hablando de renovación.

Los que no estamos y no vamos a estar, que lo que queremos es un partido sano y democrático, pero pensando en no hacer daño al Partido, queremos hablar en las Agrupaciones y Congresos y no en los medios.

¡CONGRESO EXTRAORDINARIO, YA! Por una Federación limpia y un futuro prometedor.

Silvia -

Yo también pienso que es una pena que por falta de debate interno, el cual considero siempre beneficioso para nuestro Partido, se habra un debate en público, que casi siempre resulta muy destructivo para el Partido.

Al final queda patente que siempre unos pocos son los beneficiados por este motivo y los demás resultamos perjudicados.

Me sumo a la petición del autor: ¡CONGRESO EXTRAORDINARIO, para debatir sobre ideas y personas que sepan y puedan aplicarlas, YA!

Raúl Pleguezuelo -

El debate externo ya está en la calle desde el momento que se anunció que esperaríamos un año para el congreso, es inevitable.
Solo se puede parar convocando un congreso extraordinario, pero me parece que la actual directiva no está por la labor.