Ganaremos porque podemos perder
Diversos estudios demoscópicos, unidos al considerado BRUSCO DETERIORO DE LAS EXPECTATIVAS ECONÓMICAS que, como otros países europeos atraviesa España, hacen sospechar que la disputa electoral del próximo 9 de marzo será más reñida de lo que muchos esperaban.
A algunos la situación les sume en tal estado de nerviosismo que corren a explicar que avisaron al presidente Zapatero de que consideraban un error no anticipar las elecciones: particularmente inapropiadas son las declaraciones a El País del ex ministro Jordi Sevilla, que repetirá en el Congreso de los Diputados (¿por qué?), quien sigue acumulando méritos para no ser secretario general de la Federación valenciana del PSOE…
A mí dicho escenario de hipotético empate técnico es el que me da más confianza en la victoria socialista, pues concederá la importancia que tiene al voto de cada ciudadano de izquierdas, que se sentirá necesario y, por ello, acudirá de forma militante a la cita con las urnas, ya sea para votar PSOE en las provincias donde sólo los socialistas logran escaño, o bien respaldando a IU en donde premiar la responsabilidad de Llamazares no es dilapidar un voto.
Creo que si se esperase una holgada victoria socialista, habría quien podría quedarse en casa; necesitándose como se necesitará cada voto para que el país siga avanzando como durante los últimos cuatro años, apuesto a que hasta 12 millones de personas respaldarán el proyecto político de ZP.
Algo parecido piensa nuestro secretario de organización, según dejó escrito hace un mes en un post que incluía esta idea clave:
“Hay dos cosas que los votantes no perdonan a los partidos: la primera es que les engañen. La segunda, que no suden la camiseta, que no den todo lo que tienen y lo mejor que tienen. El Partido Popular perdió en 2004 unas elecciones que creía tener ganadas por caer en ambos errores. Por eso, no esperéis por parte del PSOE ningún momento de relajación”.
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Ejem -
J.A.S.P. -