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Mi cordón sanitario

Mi contribución al cordón sanitario...

El pasado viernes 12 de enero, en el Círculo de Bellas Artes de Madrid, el actor y director de cine Federico Luppi participó en el acto de presentación de la manifestación ciudadana que, al día siguiente, iba a recorrer las calles de la capital en señal de protesta por el atentado que la banda terrorista ETA había perpetrado dos semanas antes en la T-4 del aeropuerto de Barajas y que acabó con la vida de dos ciudadanos ecuatorianos residentes en nuestro país. 

Aquel día, Luppi hizo uso del don de la oratoria que posee y resumió en algo menos de 4 minutos el momento de crispación política que, a su parecer, vivía la sociedad española.  Puesto que el espacio dedicado en los informativos a dicha presentación fue tan corto como es habitual, al ciudadano apenas le llegó una frase que, por lo impactante de los adjetivos utilizados, permitía actuar como titular: “Tenemos la obligación irrenunciable —nos va la vida y el país en esto— de crear un cordón sanitario, para evitar que esta derecha más que ultramontana, cerril, troglodita, casi gótica, se adueñe del pensamiento y el espíritu español”. 

No fue la única frase brillante de su alocución, desde luego. Sobre todo para quienes hemos pasado cinco años en una Facultad de Ciencias de la Información cursando unos estudios a los que se accede por vocación, hubo otra contundente afirmación sobre la que se debía reflexionar: “He visto en las tertulias cotidianas, matinales, de política, a periodistas que ya no lo son: son simples operadores políticos de la mediocridad más absoluta”. 

Con este blog que inauguro hoy, voy a tratar de ofrecer mi pequeña aportación personal al reclamado cordón sanitario que, sin duda, precisa la sociedad española, al mismo tiempo que intentaré —aprovechando mi condición de periodista— actuar como “operador político”. Una de mis pretensiones, lo reconozco, será salir de la “mediocridad más absoluta” que, en efecto, prolifera.

Aquí va, cortesía de Rosa Jiménez, la intervención completa de Luppi.

2 comentarios

c -

das pena

Silvia -

La intervención es buenísima. Me encantó.